POR: YACO M MENDOZA NUEVA YORK._ En medio de la crisis interna que afecta al opositor Partido Revolucionario Dominicano (PRD), la dirigencia de la seccional en esta ciudad, se vio obligada a cerrar y entregar el local donde funcionaba su sede principal en la segunda planta del edificio 3868 de la Décima Avenida y calle 207 en el Alto Manhattan. Los perredeístas pagaban al propietario del local $6.000 dólares de renta al mes, pero acumularon casi 11 meses por lo que el dueño decidió llevar a la Corte de Vivienda el caso y un juez ordenó el desalojo de la planta.
El local principal de la seccional perredeísta, contiguo a una iglesia cristiana y situado en una cuadra comercial de la Décima Avenida, constaba de un salón de actos y varias oficinas en las que los dirigentes, militantes y simpatizantes del partido blanco desarrollaban sus actividades hasta mediados de diciembre, cuando tuvieron que entregarlo.
Informaciones provenientes de fuentes de ese partido sostienen que la organización, debido a sus consecutivos fracasos electorales, no pudo continuar recibiendo el respaldo económico de empresarios y sus integrantes no pagaban las cuotas establecidas en los estatutos, por lo que cayó en una situación financiera de quiebra.
Aunque el local era rentado a personas particulares e instituciones para eventos y fiestas privadas como seminarios, bodas, cumpleaños, celebración de los Sweet Sixteens (Dulces Dieciséis) y otras actividades, por las que los arrendatarios pagaban entre $2.500 a $3.000 dólares, dependiendo del tipo de actividad, aparte de las recaudaciones por actividades proselitistas internas y públicas en las que reunían otros miles de dólares, el equipo de finanzas no pudo con la carga.
Muchos dirigentes han criticado el que califican mal manejo económico por parte de los responsables económicos del partido blanco e incluso, se rumora entre perredeístas que el presidente nacional del partido Miguel Vargas Maldonado se había comprometido a aportar $30.000 dólares con el compromiso de que la dirección local buscara la diferencia y el local se mantuviera abierto, pero la especie no pudo ser confirmada.
Empero, le atribuyen a algunos dirigentes haber recibido sumas que oscilan entre los $20.000 y $25.000 dólares para resolver la situación de la renta y sostienen que “ese dinero nunca apareció”.
Tanto el residente de la seccional, Fidel Casilla como otros mandos, han desmentido esa versión, asegurando que no nunca han recibido dinero de Vargas ni de ninguna otra instancia nacional de la organización.
La crisis, que también llegó a Nueva York ha afectado las actividades masivas del PRD y los dirigentes de Hipólito Mejía y Vargas, se están reuniendo por separado en lugares de El Bronx, incluyendo apartamentos y sótanos de edificios en los que residen algunos de sus dirigentes.
“La crisis que nos afecta, ha llevado al partido en Nueva York a una situación financiera tan crítica como ésta y se prefirió forzar el cierre del local de la seccional por no hacer las gestiones correspondientes de buscar el dinero, antes que unirse para resolver el problema”, sostuvieron dirigentes del PRD que pidieron anonimato.
Dijeron además que el presidente de la seccional en vez de dar la cara y enfrentar el problema, se fue a Santo Domingo donde supuestamente aceptó un nombramiento como chofer del diputado en ultramar Rubén Luna y lleva algún tiempo sin regresar a Nueva York.
Casilla no pudo ser localizado por este reportero para una reacción al respecto.
Entre las últimas actividades realizadas en el local de la Décima Avenida estuvieron algunas organizadas por el Círculo Peñagomista y sectores de las facciones de Vargas y Mejía.
El 28 de septiembre de este año, Vargas tenía planeada una asamblea en esa seccional, pero fue boicoteado por seguidores de Mejía, quienes se movilizaron en los alrededores del edificio acusando al presidente nacional de “traidor”, teniendo que intervenir docenas de policías para mantener el orden.
En ese mismo piquete, Peggy Cabral viuda Peña, fue víctima de una agresión con agua que algunos perredeístas le tiraron encima, teniendo que ser protegida por agentes policiales que la sacaron del área en un patrullero. Esa noche, el local fue cerrado y la reunión suspendida.
Vargas envió a algunos comisionados entre los que además de la señora Cabral, estuvo el diputado Víctor Gómez Casanova, quienes rechazaron el ataque y se marcharon a sus hoteles sin el que Maldonado se acercara por la zona.
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