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Humberto Salazar. Pareciera que en la República Dominicana todos los gobiernos asumen que el fondo de los bolsillos de la clase media no tiene fin, y somos nosotros los que tenemos que pagar con nuestros impuestos el funcionamiento del estado.
En el dia de ayer la Dirección General de Aduanas, por orden administrativa, establece el cobro de tributos a los artículos que, hasta el costo de US$200 dólares, estaban exentos de impuestos y son comprados a través de las paginas de internet en cualquier lugar del mundo.
Es decir, la DGA, se arroga el derecho de meter las manos en nuestras carteras y bolsillos, por encima de una disposición incluida en un decreto presidencial y solo bajo la firma de su director el amigo Fernando Fernández.
Es decir, la DGA, se arroga el derecho de meter las manos en nuestras carteras y bolsillos, por encima de una disposición incluida en un decreto presidencial y solo bajo la firma de su director el amigo Fernando Fernández.
¿Es que no se dan cuenta de que estamos ¨jartos¨ de pagar impuestos sin que se nos devuelva nada a cambio?
El mejor negocio que existe en el país es calificar para ser pobre o, al contrario, buscársela con las drogas, la política o negocios de familias con apellidos sonoros, y así estar exentos de todo tipo de tributos al gobierno.
Si somos pobres padres de familia, tendremos derecho a manejar ¨tiestos¨ por la calles, seremos dueños de las vías públicas, podremos poner un ¨negocio¨ de venta de cualquier cosa en cualquier lado y nadie, absolutamente nadie, irá a pedirnos cuentas de nada.
Ademas vamos a calificar para los programas sociales que paga la ¨jodida¨ clase media: iremos al colmado de la esquina con nuestra tarjeta solidaridad, recibiremos nuestro bonoluz, el bonogas, salud y educación gratis, una ¨botellita¨ de uno de los diputados de turno y, lo mejor de todo, podremos dedicarnos a no hacer nada porque otros son los que trabajan por nosotros.
Ahora, si somos ricos con un apellido de los que suenan en el país desde hace tanto tiempo, nuestras empresas tendrán doble o triple contabilidad, para maquillar las ganancias y así librarnos de pagar los impuestos que manda la ley.
Además contamos con nuestras plantas eléctricas, una fuente de corrupción empresarial desde que se inventaron los IPP, nuestros negocios nunca son inspeccionados, ni siquiera nos interesa el sistema educativo, excepto que sea para vender nuestros libros, uniformes y otros bienes al Ministerio de Educación, porque después de todo, nuestros hijos estudian desde la escuela primaria en colegios de elite y cuando crecen en universidades fuera del país.
Comos somos ricos, pagamos lo mismo por las placas de nuestros Mercedes Benz o Bentleys, que un humilde Toyota, pero además a Impuestos Internos no le interesa comprobar con nuestra declaración de impuestos si declaramos la renta que justifique los bienes que poseemos.
Además somos ¨fulanito de tal¨, miembros de una familia que está en los medios de forma permanente, somos parte de las diferentes asociaciones empresariales, amigos de presidentes y funcionarios, es decir, con una protección política a toda prueba.
Ahora, los ¨jodidos¨ miembros de la clase media dominicana, tenemos que pagar hasta por el derecho a usar el oxigeno de la isla.
Como no tenemos energia eléctrica estable, ademas de la cuenta de una de las EDES, debemos abonar para el gasoil de la planta del edificio en que vivimos o pagar las baterías de los inversores que funcionan al sufrir los apagones.
Como nuestros impuestos no son suficientes para tener una Policía que nos proteja, tendremos que pagar por el ¨watchiman¨ del condominio donde vivimos y ademas, no pegar un ojo hasta que nuestros hijos adolescentes vuelvan a la casa después de divertirse con sus amigos.
Si enviamos a nuestros hijos a una escuela publica, donde los maestros hacen huelgas hasta por un ¨quítame esta paja¨, los condenaremos de antemano a ¨joderse¨, por lo que tendremos que pagar por escuelas y universidades privadas para no condenar a nuestra descendencia a no poder competir en un mundo cada vez mas exigente.
Y ni hablar de los vehículos adquiridos por nosotros con todos los impuestos del mundo, porque en medio del caos que existe en nuestras calles, donde se impone la ley de la selva, andaremos con ¨el corazón en la boca¨ esquivando a los ¨dueños del pais¨, quienes si no nos quitamos del medio destruyen el fruto de nuestro esfuerzo.
Ahora, por la presión de los comerciantes del país, si, esos mismos que no pagan impuestos y tienen doble contabilidad, se nos obliga a pagar tributos sobre artículos de bajo costo traídos a través de Amazon o E Bay.
Señores, no sigan apretando ls tuerca que uno de estos días se va a correr la rosca.
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