martes, 15 de abril de 2014

Submarino regresa sin hallar rastros del avión de Malasia


avion lnciklPERTH, Australia. – La zona de búsqueda del avión de pasajeros malasio desaparecido es demasiado profunda para un sumergible robotizado, que fue izado a mitad de camino en el Océano Indico al no poder llegar al lecho marino para tratar de ubicar las cajas negras, dijeron el martes las autoridades.
Las cuadrillas de búsqueda enviaron el Bluefin 21 el lunes a las profundidades del mar para comenzar a peinar el lecho del mar tras no detectar durante seis días ninguna señal potencial de las cajas negras.
Pero tras sólo seis horas de un recorrido que inicialmente se planeó en 16, el sumergible autónomo excedió su límite de profundidad de 4.500 metros (15.000 pies) y su sistema de seguridad lo devolvió automáticamente a la superficie, informó el martes en un comunicado el centro de coordinación de búsqueda.

La información recogida por el Bluefin el lunes fue analizada cuando regresó a la superficie pero no se encontró nada de interés, informó la Marina de Estados Unidos en un comunicado. Las cuadrillas de búsqueda esperaban enviar el vehículo nuevamente al mar el martes si las condiciones climáticas lo permitían.
Los encargados de las labores sabían que los restos del Boeing 777 de Malaysia Airlines probablemente estén en el límite de profundidad del sumergible. Se han evaluado otros sumergibles con una mayor capacidad de inmersión, pero ninguno está disponible en la zona de las labores.
El sumergible estaba programado para planear a 30 metros (100 pies) de distancia del lecho marino mientras recorría la zona de búsqueda pero llegó al máximo de profundidad lo que detonó el mecanismo de seguridad que lo hizo regresar automáticamente a la superficie, informó la Marina estadounidense. El vehículo no sufrió daños y se reprogramó para registrar las inconsistencias registradas en el lecho del mar.
Probablemente se incluyó un margen de seguridad para proteger al aparato de daños, dijo Stefan Williams, profesor de robótica marina en la Universidad de Sidney.
“Quizás algunas zonas son más profundas de lo que esperaban”, dijo. “Quizás no tenían información exacta de la profundidad de la zona, así que ahora tienen una idea general pero hay muchas variaciones en el lecho marino que no pueden apreciar desde la superficie”, agregó.
Mientras tanto, las autoridades investigaban una mancha de aceite a unos 5,5 kilómetros de la zona donde se detectaron por última vez las señales electrónicas, dijo Angus Houston, jefe del equipo que coordina la búsqueda frente a la costa oeste de Australia.
Las cuadrillas recogieron una muestra del aceite y la enviaron a Australia para analizarla, lo que puede demorar varios días. Houston dijo que la mancha no parecía ser de ninguno de los barcos que están en la zona, pero advirtió que no se deben sacar conclusiones apresuradas sobre el origen de la mancha.
El Bluefin 21 puede generar un mapa tridimensional de cualquier resto del avión en el lecho marino. Pero la búsqueda en esta zona es más difícil porque el fondo del mar está cubierto de lodo, lo que pudiera cubrir parte del avión.
“Vamos a tener que fijarnos en el contraste entre objetos sólidos, como pedazos del fuselaje, en el fondo lodoso”, dijo Williams. “Con los tipos de sonar que están usando, si hay algo sobre el lodo, digamos un ala, se puede detectar, pero identificar objetos más pequeños hundidos en el lodo es más difícil”.
La búsqueda se trasladó al fondo del mar luego de que las cuadrillas detectaron una serie de sonidos como los que emiten las cajas negras de los aviones, que registran los parámetros de vuelo y las conversaciones de cabina. Los dispositivos emiten sonidos para ser encontrados con mayor facilidad pero las baterías sólo duran un mes y se cree que su vida ha expirado.
La semana pasada el primer ministro de Australia Tony Abbott generó esperanzas al declarar que las autoridades estaban “muy confiadas” de que cuatro potentes señales subacuáticas detectadas pertenecían a las cajas negras del vuelo MH370, que desapareció el 8 de marzo cuando viajaba de Kuala Lumpur, Malasia, hacia Beijing con 239 personas a bordo, la mayoría chinos.
Pero Houston advirtió que si bien las señales son una pista prometedora, el público debe ser realista acerca de los desafíos que enfrentan las cuadrillas de búsqueda en la remota franja del océano donde llevan a cabo la búsqueda.
“Les advertiría acerca de albergar la esperanza de que el despliegue del vehículo submarino resultará en la detección de los retos del avión”, dijo Houston el lunes. “Tal vez no se consiga”.

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