SANTO DOMINGO.-El Partido Revolucionario Moderno (PRM) se encamina a arreciar en estos días sus ataques al gobierno y al presidente Danilo Medina, y a mejorar su estrategia como táctica política, dirigida a tratar de bajar la alta popularidad y valoración del jefe del Estado, y de paso restar impacto a la reciente alianza con el Partido Revolucionario Dominicano (PRD).
La estrategia perremeista en esa dirección no es nueva, pero es ahora cuando los técnicos y expertos en maniobra política del PRM entienden que deben “apurar el paso”, teniendo de frente la ya consumada alianza PRD-PLD, que hasta este lunes era insegura e imprecisa.
Temas puntuales de campaña han sido identificados por un PRM que necesita ganar más espacio en su rol opositor, con miras a estrechar la distancia con el candidato a vencer, Danilo Medina, a nueve meses de las elecciones de mayo del 2016.
Algunos temas ya comenzaron a ser trabajados por el equipo que orienta a Luis Abinader, como las visitas sorpresa que realiza el presidente Medina a comunidades de todo el país, así como el manejo de los precios de los combustibles, que se alega no reflejan la realidad semanalmente.
Guardados como “cartuchos” a disparar en esta guerra política-electoral, el PRM pretende tomar la inseguridad ciudadana, tema extremadamente sensible para la ciudadanía, como bandera a hondear en dos direcciones: mellar la popularidad del gobierno y atraerse simpatía del importante segmento indeciso entre los electores.
El enojo de algunos que otros dirigentes del PLD, impedidos de ser candidatos en su partido por la alianza con el PRD, serán “coqueteados” por un PRM ávido de engrosar sus filas para poder competir con reales posibilidades en la contienda electoral del próximo año.
El tema de la corrupción, históricamente presente en los tramos críticos y estratégicos de cada campaña electoral, es de las últimas armas que pretende sacar de su cartuchera el Partido Revolucionario Moderno.
Avances de estos ataques, reservados para el “momento oportuno”, ya los dio a conocer el propio Luis Abinader cuando a propósito del escándalo por corrupción en Guatemala, dijo que lo sucedido en ese país centroamericano era “un juego de niños” en comparación a lo que asegura ocurre en República Dominicana.
Se sabe también que el PRM no solo apuesta al fracaso de las negociaciones de alianza que llevan a cabo el Partido Reformista Social Cristiano y el PLD, sino que, igualmente, ha hecho ofertas tentadoras a la cúpula colorá a fin de pactar electoralmente con esta organización.
Como buenos negociadores en este tipo de alianza, insuperables en el patio en experiencias y maniobras políticas por su dilatado ejercicio del poder en el pasado, los reformistas parecen estar jugando al tiempo para hacer el mejor de los tratos con cualquiera de los dos pretendientes, PLD, PRM.
Si los reformistas pactaran con el Partido de la Liberación Dominicana, lo que parece más probable, marcaría un precedente por ser la primera vez en la historia dominicana que irían aliadas las tres principales fuerzas políticas reconocidas: PLD-PRD-PRSC.
En consecuencia, sería un hito que un candidato, en este caso Danilo Medina, aparezca en la boleta electoral morada, blanca y roja. Algo jamás visto.
El impacto puede predecirse de bastante significativo electoralmente hablando, si se toma en cuenta que serán los tres partidos que ocuparán las primeras tres casillas (1, 2 y 3) en la boleta, lo que ayuda bastante al marcado de un determinado candidato.
El PRM ha estado atrayéndose el apoyo de algunos partidos emergentes, como han sido Dominicanos por el Cambio (DXC) y Frente Amplio, que lideran, respectivamente, Eduardo Estrella y Fidel Santana.
De no lograr reducir significativamente la distancia en lo que resta de campaña, los perremeistas apostarán a una segunda vuelta electoral, a ver qué sucede en ese segundo escenario.
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