POR. Humberto Salazar.. Nos hemos cansado de leer el capítulo III de la Constitución de la República Dominicana y por ningún lado aparece lo que estamos buscando.
Este capítulo trata de las atribuciones del Congreso, en el artículo 93 dice textualmente: ¨El Congreso Nacional legisla y fiscaliza en representación del pueblo¨.
Por ningún lado encontramos, que entre los deberes de los legisladores está el uso del presupuesto asignado al Congreso Nacional, para reparto de regalos, prebendas, habichuelas o artículos del hogar.
Por esto, es inadmisible lo que está ocurriendo, con los que están llamados a discutir y aprobar las leyes en nuestro país, ya que en cada acontecimiento o fiesta popular hacen uso de los fondos públicos para realizar promoción personal.
Por ningún lado encontramos, que entre los deberes de los legisladores está el uso del presupuesto asignado al Congreso Nacional, para reparto de regalos, prebendas, habichuelas o artículos del hogar.
Por esto, es inadmisible lo que está ocurriendo, con los que están llamados a discutir y aprobar las leyes en nuestro país, ya que en cada acontecimiento o fiesta popular hacen uso de los fondos públicos para realizar promoción personal.
Hace unas semanas se desató un escándalo por el reparto de sumas millonarias en la Cámara de Diputados, para distribuir habichuelas con dulce, plato tradicional de los dominicanos durante el festivo de Semana Santa.
No sabíamos que entre las atribuciones de los congresistas estaba garantizar la presencia del apetecido plato en las mesas de los dominicanos.
No bien se han asentado los cuestionamientos de la opinión pública sobre ese tema, y se anunció la semana pasada el gasto de 174 millones de pesos en electrodomésticos, para repartirlos con motivo del día de las madres.
En la República Dominicana se ha construido una clase política que quiere sostenerse sobre el despilfarro de los fondos públicos.
Por eso es imposible que sean suficientes los dineros entregados a las alcaldías porque se usan para promover la reelección del alcalde de turno y el reparto entre los regidores, así se garantizan los apoyos en las salas capitulares.
Nunca habrá suficiente dinero para lo prioritario, porque los que están llamados constitucionalmente a vigilar el uso correcto de los fondos públicos, Senadores y Diputados, lo que están es inventado la forma de repartirse equitativamente el presupuesto asignado al Congreso de la Nación.
Cada 27 de febrero el Presidente de la República asiste al Congreso Nacional, que es el primer poder del Estado, a dar cuentas de la gestión económica y administrativa que realizó con el presupuesto puesto en sus manos por la Ley de Gastos Públicos.
Entonces, ¿qué calidad moral podrán tener los legisladores para fiscalizar las ejecutorias del gobierno central, cuando se reparten de forma tan alegre el presupuesto del Congreso?
¿Cómo alguien puede justificar con argumentos sólidos que, mientras el Presidente Danilo Medina pide paciencia por los problemas financieros del gobierno, los diputados se gasten 174 millones de pesos en ¨regalos por el día de las madres¨?
Lo cierto es que en un país con instituciones fuertes, acciones de esta naturaleza no dejarían títere con cabeza.
El Congreso Nacional se ha convertido en parte del botín a repartir por los políticos del patio y es como si no ocurriera absolutamente nada.
Para que no se queden sin completar el año, queremos recordarle a nuestros honorables legisladores que vienen otras fechas importantes:
El día del padre, para que compren perfumes, corbatas, trajes, pañuelos y hasta automóviles para no quedarse atrás.
El 16 de Agosto, para que ayuden a los diablos cojuelos con sus disfraces, cascabeles, caretas y vejigas.
El día de los muertos, para que envíen velas, velones, flores y limpia tumbas a los cementerios.
Las fechas de carnaval, así contratan sus comparsas para que vayan a bailar al salón de la Asamblea Nacional.
El dia del niño, para que puedan comprar dos veces a las tiendas de juguetes, porque sabemos lo generosos que son con nuestros impuestos los días de los reyes.
El día de la Vieja Belén, para que se regalen ellos mismos, si es que nadie se acordó de dejarles algo en la cama el día de navidad.
Les dejaré a su imaginación los que se puedan inventar, ya que pareciera que vivimos en la tierra donde ¨ná e ná y tó é tó¨.
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