CABLE INTERNACIONAL. Teherán,
25 oct .- Las autoridades judiciales iraníes ahorcaron esta madrugada a
Reihané Yabarí, la joven de 26 años condenada a muerte por matar al
hombre que según ella trató de violarla, confirmó a Efe su madre, la
conocida actriz iraní Shole Pakravan.
“¡Han ahorcado a mi hija,
han ahorcado a mi hija!”, se lamentó entre sollozos la mujer, que
esperaba este trágico final desde principios de este mes, tras las
reiteradas negativas a perdonarla de la familia de la víctima, el médico
Morteza Abdolalí Sarvandí, que había trabajado para el Ministerio de
Inteligencia.
A finales de septiembre,
la joven, que llevaba siete años y medio en prisión y tenía 19 años en
el momento de los hechos, en 2006, fue trasladada desde el centro
penitenciario en el que cumplía condena a la cárcel de Rajaishahr, cerca
de Teherán y donde se realizan ejecuciones.
Entonces se reactivaron
las campañas y los llamamientos internacionales para evitar el
ahorcamiento, que fue suspendido temporalmente.
Organizaciones defensoras
de los derechos humanos, como Amnistía Internacional o Human Rights
Watch, pidieron la cancelación de la sentencia al considerar que el
juicio a Yabarí no contó con las garantías necesarias.
La Unión Europea también instó a las autoridades iraníes a revocar la decisión judicial y celebrar un nuevo proceso.
Más de 240.000 personas
han firmado una carta impulsada por la plataforma Avaaz para pedir la
suspensión de la ejecución al entender que la joven “actuó en defensa
propia” y en la red social Facebook hay diversas campañas para apoyar su
causa, con páginas tituladas “Yo soy Reihane Yabarí” y “Salvemos a
Reihane Yabarí de la ejecución en Irán”.
El relator especial de la
ONU para los derechos humanos en Irán, Ahmed Shaheed, también instó a
parar la ejecución y celebrar un nuevo juicio, al entender que parte de
la acusación a la joven se basó en una confesión que fue obtenida con
torturas.
En este último mes, las
autoridades iraníes han mediado sin éxito para conseguir el perdón por
parte de la familia del fallecido, que se ha negado a ejercer el derecho
a perdonar que le otorga la ley de guesas (ley islámica de
“retribución” que exige el pago de sangre con sangre) que impera en
Irán.
“Quiero que el derecho de
la sangre de mi padre se cobre lo antes posible”, declaró a Efe hace dos
semanas Yalal Sarvandí, hijo de la víctima.
Según la versión de la
condenada, el médico la contrató para ayudarle a decorar su oficina y la
llevó a un edificio donde trató de violarla, ante lo que ella se
defendió con un pequeño cuchillo con el que le hirió en un hombro pero
no le mató.
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