COMENTARIO.
El país arriba a un final de año.
Se trata de un tiempo de gran importancia, muy estratégico, ya que permitirá, con el sosiego y la tranquilidad que trae, que el Poder Ejecutivo, el Congreso Nacional y los alcaldes puedan concentrarse en ver de manera objetiva todo lo que nos deparará, al menos, el primer trimestre del año.
En las manos de nuestros líderes, ya aprobado el primer Presupuesto del nuevo gobierno, están el destino y las decisiones que deben tomar para que nos enrumbemos, desde ya, por el camino que necesitamos trillar.
El Presidente de la República y los líderes nacionales, tanto del sector público como de la sociedad civil, conocen a fondo los problemas nacionales.
Todos confiamos que este final de año, más que de recogimiento, debe servir como un periodo de reflexión. Una reflexión que, igual que nuestros líderes, también deben hacer las familias dominicanas.
No es un secreto que hay problemas que muchas veces traspasan los linderos del hogar y se convierten en parte de los problemas nacionales.
Así también hay problemas nacionales, cuya solución es de la competencia del Gobierno, que tocan a diario las puertas de los hogares dominicanos. Reflexionemos, y trabajemos con voluntad de servicio y previsión. Así tendremos un mejor futuro para el país.
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