Santo Domingo . No habrá una segunda vuelta electoral en el país. O al menos eso cree Hatuey de Camps Jiménez.
La razón es simple en su pensamiento: la oposición no fue capaz de unirse, de unificarse en torno a un proyecto político que enfrentara el intento de reelección de Danilo Medina y el Partido de la Liberación Dominicana (PLD).
El último intento para lograr cierta unidad, dice, lo hizo con una reunión entre Minou Tavárez Mirabal y Guillermo Moreno, candidatos a la presidencia por las organizaciones Alianza por la Democracia y Alianza País, ambas de corte liberal.
Fue un esfuerzo de dos semanas, reconoce, en el que perdió ocho días solo para lograr que se reunieran en un mismo salón, en su casa. Hatuey dice que les prometió a ambos que si se ponían de acuerdo, él retiraba sus aspiraciones presidenciales para dar paso a la creación de una coalición alternativa a las de Medina y Luis Abinader, del Partido Revolucionario Moderno (PRM).
No hubo acuerdo entre los candidatos
“En mi criterio no hay segunda vuelta. Pudo haber habido una segunda vuelta, pero en mi criterio noÖ Las oportunidades que había de unir a la oposición se perdieron”, asegura. Hatuey aclara que no dice que el Partido de la Liberación Dominicana ganará las elecciones por tener la mejor opción, sino por los errores que ha cometido la oposición política, que le ha permitido ciertas victorias a la organización en el gobierno. Ante la revelación que hace, Hatuey se reconoce como un candidato presidencial del Partido Revolucionario Social Demócrata (PRSD), y como un político responsable ante la presente coyuntura electoral. Su orgullo, dice, es que nadie le ha podido llevar a la reelección presidencial, y que nadie es capaz siquiera de planteárselo.
Ya antes, recuerda, había comenzado un camino de contactos que le reunió con todos los líderes de la oposición para llevarles el mismo mensaje: la necesidad de unirse en un proyecto político, o fracasar en el intento frente al gobierno, o el PLD, como le gusta llamarle, porque no ve ninguna diferencia entre los dos, dice. Al parecer, dice Hatuey, los políticos de la oposición están a la espera de que se les dé más duro por la cabeza en cada proceso electoral, de ellos recibir todavía más derrotas, para entonces entender la importancia y necesidad de unificarse en una propuesta electoral.
Asegura que detrás de todo hay factores como el egoísmo y querer ser protagonistas del proceso, y otros más que no cita. Se queja de que haya una gran capacidad de división en la oposición política. Cita en su discurso que Luis Abinader lo primero que hizo fue romper con su base de apoyo al convocar a una convención dentro de su partido, cuando al final se decidieron los candidatos por encuestas. De ese proceso, asegura, estuvo el fallo de haberle tomado dinero a los candidatos como inscripción, un monto global que cifra en 64 millones de pesos. “Llegaron a un acuerdo y le dieron la mitad de puestos al PRSC, que son los papases de la reelecciónÖ Luis Abinader se quitó la careta con ese acuerdo”, cuenta. Su crítica hacia Abinader es que rompió con el acuerdo con el PRSC con su base de apoyo, al firmar alianza con una organización reeleccionista históricamente.
Quiere ver la educación con 8% del PIB
El Partido Revolucionario Social Demócrata (PRSD) ha confeccionado un programa mínimo de gobierno que contiene 27 compromisos que deberían mejorar la vida de los dominicanos. Así lo han pensado y lo han planteado en un documento que tiene por cabeza la promesa de implantar el principio de la no reelección presidencial, una reivindicación del pensamiento del doctor José Francisco Peña Gómez.
La educación es el componente número tres de ese compromiso, en el que se plantea la propuesta de elevar la inversión pública en educación, incluyendo la universitaria, hasta el 8% del Producto Interno Bruto (PIB).
El PRSD propone hacerlo de manera escalonada, año tras año, un incremento al capítulo que más recursos recibe en inversión en el presupuesto nacional, establecido en los últimos años en 4%, por la presión de un movimiento social que salió a las calles y obligó a que todos los candidatos presidenciales de 2012 firmaran un documento de apoyo.
Hatuey de Camps propone elevar el salario de los maestros y expandir las escuelas técnicas por todo el país. Reconoce la necesidad de construcción de aulas, pero cree necesario poner la mirada en la calidad de los docentes, en mejorar el personal que educa con mayores cursos de actualización profesional. Cree en la idea de que los estudiantes, al salir de las universidades, le devuelvan al Estado lo que invirtió en ellos, pero evitando que los alumnos tengan que pagar durante su estadía universitaria. Es una propuesta que conoció de otros países, y desde donde propone que las horas lectivas se incrementen.
El candidato presidencial del PRSD piensa que si la gente viera y sintiera que el Estado les devuelve en servicios de calidad el dinero pagado como impuestos, la sociedad estuviera dispuesta a contribuir más económicamente. “La gente, cuando le devuelven su dinero, está dispuesta a pagar a más”, contó el pasado viernes, cuando visitó las instalaciones de este diario.
“Tenemos que formar el Técnico Diplomado, aunque no corresponda a grados universitarios. Mejoraremos la planta física de nuestros centros educativos. Construiremos laboratorios y sistemas de enseñanza audiovisuales a tono con los nuevos tiempos”, señala su programa en materia de educación.
El segundo punto de su programa mínimo de gobierno hace referencia a la corrupción administrativa, con la promesa de que el Estado dominicano no sería más “un botín de guerra”, ni presa de políticos inescrupulosos. “El que mete los pies debe irse para su casa, el que mete las manos debe ser sometido a la justicia”, indica.
Errores de la oposición han reivindicado a Balaguer
Han pasado 51 años desde la incursión en la vida nacional de Hatuey de Camps Jiménez. Sus pasos son la referencia inmediata a temas tan trascendentes para la historia de este país como la reelección presidencial, o sus intentos reiterados de unidad de los sectores de la oposición para derrotar al gobernante Partido de la Liberación Dominicana.
Es referente, probablemente como nadie, en armar proyectos políticos partidistas, en engrasar las maquinarias electorales que se presentan ante los comicios.
Sentado sobre esos años reflexiona y concluye que los gobiernos que han seguido al expresidente Joaquín Balaguer, lo han exaltado. Lo han elevado de rango y de categoría, incluidas aquí gestiones presidenciales de su propio partido, el Revolucionario Dominicano (PRD), del que salió por el intento de reelección de Hipólito Mejía en 2004. “Al juzgar a Balaguer, desgraciadamente, los malos gobernantes que han sucedido lo han ascendido de rango. Los malos gobernantes que la oposición ha producido, incluyendo a los de mi partido. Eso es así”, dice.
Hatuey es candidato a la Presidencia de la República por primera vez en su carrera política, una vida que ha estado resaltada por el principio de no reelección presidencial que aprendió en el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) al lado de José Francisco Peña Gómez. Lo hace ahora desde su Partido Revolucionario Social Demócrata (PRSD), el partido del toro negro, fundado tras su expulsión del PRD por el expresidente Hipólito Mejía. Su organización ha llevado como candidatos a la presidencia a Eduardo Estrella en 2008, recién salido del Reformista Social Cristiano (PRSC), y al propio Mejía, en el proceso electoral de 2012.
Joaquín Balaguer fue declarado por el Congreso Nacional como padre de la democracia dominicana, en un momento en el que la composición de la matrícula legislativa era claramente superior al Partido Revolucionario Dominicana (PRD), la organización política que le adversó históricamente. No hubo gran oposición en los demás partidos que integraban las cámaras. De Camps dice que los errores que continúa cometiendo la oposición dominicana le permiten al doctor Joaquín Balaguer aumentar su figura. De Camps confesó haber concluido el libro de “Los Carpinteros” de Joaquín Balaguer hace poco, donde el expresidente prefabrica personajes para mostrar la intríngulis de la vida nacional. “Ese libro tiene gran vigencia, tú puedes aplicar muchas de esas cosas ahora”. Considera que fue irresponsable cuando dijo que la corrupción se detenía en su despacho, y además le critica que muchas veces jugaba con las contradicciones militares.
AGRUPACIÓN
2005
Es el año de fundación de su organización política, el Revolucionario Social Demócrata (PRSD), creado ante su expulsión del PRD por no apoyar la candidatura a la reelección presidencial de Hipólito Mejía en el año 2004.
PACTO
PRSD firmó un pacto electoral con la Alianza por la Democracia (APD), para ir juntos en niveles congresionales y municipales. La APD presenta la candidatura de Minou Tavárez Mirabal a la presidencia del país. Por ese pacto, el PRSD postula a Luis Miguel De Camps como candidato a diputado nacional.
“Hay una serie de charlatanes en la política”
Hatuey de Camps asegura que el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) usa los recursos del Estado en el presente proceso electoral, una acción que considera de clara desventaja ante las elecciones generales pautadas para el 15 de mayo.
“Sí, se están usando los recursos del gobierno. Ese es la desgracia de la maldita reelección presidencial”, se queja, como reivindicación a su principio de no reelección presidencial, el estandarte de su vida política.
Intenta explicar o ejemplificar su punto cuando dice que su campaña política ha intentado encontrar vallas publicitarias en las distintas ciudades del país, pero no les ha sido posible porque, asegura, están todas ocupadas por el candidato del oficialismo.
“Con los medios que tiene el gobierno, con la capacidad de absorción que tiene el gobierno… nosotros intentamos alquilar unas vallas, que son carísimas, pero que no las hay, el gobierno las ha alquilado casi todas”, dice De Camps, al participar en el Diálogo Presidencial, encuentros con los candidatos a la presidencia de la República para que expongan sus planes de gobierno.
El presidente del PRSD reveló que intentos para unir a la oposición en la defensa del voto en las mesas electorales, y para hacer planteamientos conjuntos, es una idea de Max Puig, quien ha redactado dos documentos. Confiesa haberlos visto y estar de acuerdo en el fondo, pero aseguró que no firmaría.
“Hay una serie de charlatanes que en el momento en que debían hacer esos esfuerzos no lo hicieron”, se queja De Camps, y lo dice como justificación para no firmar las posiciones conjuntas.
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