SANTIAGO.- La Iglesia Católica proclamó que, ojalá los partidos políticos contribuyan al descanso que necesitan los dominicanos, evitando hacer de la Semana Mayor un escenario para continuar con una campaña proselitista a destiempo que nos aturde y nos roba la paz.
“Esta Semana Santa es una buena ocasión para encontrarnos con la esperanza de un nuevo día”, solicita la iglesia en el editorial de su semanario Camino que, desde este domingo comienza a venderse en parroquias y puestos de revistas.
Recuerda que, con el Domingo de Ramos “iniciamos la Semana Mayor, porque son días propicios para recogernos y hacer un alto en el camino”.
Llama a las empresas licorera a que no hagan de estos días un bacanal y, que los medios de comunicación también aporten fomentando una cultura de paz y del encuentro fraterno.
Afirma que, “esperamos que los miles de choferes y conductores que se trasladarán de un pueblo a otro respeten las señales de tránsito, manejen con prudencia y sepan valorar el trabajo de tantos voluntarios.
Abogó porque se produzca un recogimiento de las personas en esta Semana Mayor, a fin de lograr que se cumpla el espíritu de que “sea una Semana Santa”, porque harían bien guardar un momento de silencio.
En el mismo se invita a que, “no perdamos esta oportunidad, superemos el dolor que nos abate por los graves problemas sociales que padecemos y, comencemos a trillar los senderos de la Pascua”.
“Es recorrer con Jesús de Nazaret su pasión y muerte para llegar a la resurrección”, declaró la institución social religiosa que goza de mayor credibilidad entre la población, según todas las encuestas conocidas hasta el momento.
Considera que, bien nos haría guardar un momento de silencio y serenidad para a nivel personal y como pueblo ver nuestros fallos y, de manera sincera buscar los correctivos necesarios.
Indica que, es preciso revisar si la globalización de la indiferencia, de la que nos habla el Papa Francisco, ha encontrado espacio en nuestra vida, haciendo de nosotros piedras frías frente al dolor de los demás.
Frente a esa realidad, considera que sería interesante ver si como pueblo dominicano permanecemos apáticos frente a tantos signos de muerte que amenazan con destruirnos.
Manifiesta que, “esperamos que cristianos y no creyentes, hagan de estos días un verdadero encuentro con la vida”.
Concluye el editorial expresando que, si así lo hacemos, el Domingo de Resurrección no estaremos contando muertos, como si finalizara una guerra. Viviendo estos días con respeto, intensidad y reflexión, podremos celebrar desbordantes de alegría porque el Cristo Resucitado dio sentido a nuestra existencia.
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