viernes, 31 de julio de 2015

Velan en Pedro Brand vigilante asesinado en Banco Popular

muertondc.k LA CUABA, Pedro Brand. -En medio de escenas de llantos y dolor de familiares, compañeros de labores , vecinos y otros allegados, eran velados este viernes en esta comunidad,  los restos del vigilante asesinado ayer por varios asaltantes de una sucursal del Banco Popular Dominicano, ubicada en la avenida Luperón de la capital dominicana, de donde cargaron con 1.8 millones de pesos y dólares

Una hermana bañada en sudor y lágrimas que levantaba  los brazos al cielo; una madre en silla de ruedas  que se mira las manos vacías como si fuera allí donde estuvo el hijo asesinado; tres niños que lloran sentados en sillas plásticas; una esposa con la mirada ausente, un cadáver rodeado de hombres uniformados, con el logo de la empresa de vigilancia Marcos, conscientes de que el uniforme que llevan, como andan los días, en cualquier momento se puede convertir en una mortaja.
Un padre de familia, hijo, hermano, vecino y esposo calificado como ejemplar. Alguien a quien le tocó una vida llena de privaciones, una casita de zinc, rodeada de cortinitas para tapar la pobreza de las paredes y un mobiliario que atestigua que, realmente, el hombre que fue abatido de manera inmisericorde por sus asesinos se estaba ganando el pan de cada día. Él pudo elegir atracar con la escopeta con la que cuidaba las riquezas que nunca llegó a tener pero no lo hizo, sus verdugos sí. Ellos robaron en el establecimiento RD$1.8 millones de pesos y US$2,276 de dólares.
Sabino residía con su esposa y sus tres hijos, un varón de 14 años, y dos niñas de 12 y 10 años de edad, producto de un primer matrimonio, en la comunidad Salamanca, La Cuaba, kilómetro 22 de la autopista Duarte. Era el menor de cinco hermanos. Fue definido por sus familiares y vecinos como un hombre dedicado a su hogar y su trabajo.
Su hogar, en el que compartió con sus seres queridos, era este viernes un espacio donde reinaba el dolor y la indignación ante un hecho que cobró la vida de un hombre que cumplía con sus labores.
“Me quitaron a mi hijo de las manos, yo espero justicia. Era un hombre trabajador, de la iglesia…”, decía entre lágrimas Joaquina Martínez, madre de Sabino, quien está en silla de ruedas.
Sabino tenía cuatro años laborando para la empresa de seguridad Guardianes Marco. Nunca hubo una queja en su contra y su conducta fue intachable, aseguró Manuel Valdez, gerente de la empresa donde se desempeñaba el occiso. “Pedimos a un hombre bueno”, añadió.
Sabino recibirá cristiana sepultura este sábado a las 10 de la mañana en el cementerio La Piña, de la comunidad de La Cuaba.
“Llegaron y lo mataron. ¡Ay, Dios mío! ¡Mi hermano tan bueno, tan dedicado! Quiero justicia, que agarren a esos delincuentes que nos han arrebatado a mi hermano de las manos. Él no merecía morir así”, expresó ahogada en el llanto Colosina Martínez Méndez, hermana de Sabino.
Su esposa, Emiliana de los Santos, en pocas palabras y, visiblemente ausente de todo lo que le rodeaba, dijo que  todo estaba en las manos de Dios y que confiaba en que la muerte de su esposo, un hombre de familia, atento y honesto, no quedará impune.

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