SANTO DOMINGO.- Los dirigentes del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), el excandidato presidencial de esa organización, Hipólito Mejía, y vicepresidencial, Luis Abinader, encabezaron este domingo una marcha caravana en varios sectores de Santo Domingo Este, incluyendo Los Mameyes y otros barrios circundantes.
En la actividad, Abinader, afirmó que el problema de la seguridad ciudadana sigue siendo el tema de mayor preocupación para la sociedad dominicana y reiteró su propuesta de un pacto social y un plan integral para enfrentar la violencia y la criminalidad.
Tras señalar que el gobierno del presidente Danilo Medina no ha logrado un avance significativo en su declarado propósito de mejorar la seguridad pública, el economista abogó por un esfuerzo común, con la participación de todo el liderazgo de la nación, para generar respuestas eficientes ante el grave problema de la inseguridad y la violencia en todas sus dimensiones.
Dijo que las medidas cosméticas del Gobierno no han contribuido en nada a cambiar la percepción de inseguridad de la población Dominicana, una de las más altas de América Latina, según el más reciente diagnostico presentado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), basado en un estudio realizado en 18 países de la Región.
De acuerdo al informe regional del Desarrollo Humano “Seguridad Ciudadana con rostro humano” 2013-2014, el 64.8 por ciento de la población dominicana percibe un deterioro de la seguridad ciudadana -el índice más alto de los países estudiados-, seguido por Venezuela (58%), Brasil (56.9%), México (55.9%), Costa Rica (54.8), Bolivia (53.2) y Uruguay (55.2%).
Recordó que los miembros de los cuerpos de seguridad del país, incluyendo las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, siguen siendo los empleados públicos peor pagados de la República Dominicana.
Sostuvo que aunque en el presupuesto 2014 se consignó una mejoría para el área de seguridad, esa mejoría presupuestaria no se corresponde con la magnitud del problema.
Dijo que la administración del presidente Medina sigue atrapada en un modelo de Gobierno que privilegia el gasto improductivo por encima de las necesidades fundamentales de la nación, incluyendo la seguridad pública.
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