POR: YACO M MENDOZA. Se calcula que en 5.000 millones de años, el Sol se expandirá y se convertirá en un “gigante rojo”.
Se tragará los planetas Mercurio y Venus, pero el destino de la Tierra es menos claro.
A medida que el Sol aumente hasta 250 veces su tamaño actual, perderá más de un tercio de su masa en un fuerte “viento estelar”.
Esto hará que se amplíen las órbitas de los planetas de manera significativa, tanto que la Tierra podría escapar de la estampida solar.
Sin embargo, la gravedad terrestre podría tirar de la superficie del Sol lo suficiente como para crear un efecto de marea y empujar a la Tierra hacia una órbita más cerrada.
Pero para ese entonces, la vida nuestro planeta habrá desaparecido ya que dentro de 3 mil millones de años la energía liberada por el Sol habrá evaporado los océanos.
¿Por qué hacemos “achú” al estornudar?
Un estornudo comienza con una inhalación repentina. Esta es la parte “aahh”.
El “chú” ocurre durante la exhalación porque la mayoría de los músculos del cuerpo se contraen de forma refleja.
Esto obliga a cerrar la boca hasta que crece demasiado la presión en los pulmones y el aire se libera en una ráfaga.
Como la lengua presiona el paladar, el aire provoca un sonido de “ch”, y con los labios fruncidos emerge la “ú”.
¿Afecta la base rocosa de un viñedo a la calidad del vino?
Este es un tema muy controvertido entre los dueños de viñedos y amantes de los vinos.
Algunos insisten en que es importante que algunos vinos –como el champán- se produzcan sólo en su localización geológica original y aseguran que pueden discernir la naturaleza de la tierra por el sabor.
Los escépticos, en cambio, consideran que esto es sólo una nimiedad subjetiva.
De acuerdo al geólogo Alex Maltman, de la Universidad de Gales, si la base rocosa afecta el sabor de un vino, será, como mucho, de manera indirecta y sutil.
Esto es porque las raíces de la mayoría de las vides no son lo suficientemente largas como para alcanzar la roca y por eso cualquier influencia llegará a través de la tierra que la cubre.
El contenido de arcilla, la porosidad y el color de esta tierra afectan a los nutrientes que entran a la vid, lo que podría -en principio- cambiar las características del vino resultante.
Pero según Maltman, no hay evidencia concluyente de que tenga un rol importante.
Mientras el debate de la base rocosa continua entre enólogos, degustadores y amantes del vino, la duda sobre su papel no existe en el caso de la producción de cerveza.
A diferencia del vino –que se hace principalmente con el jugo de las uvas– la cerveza es básicamente agua, y por eso su sabor depende en gran medida de la geología del lugar del que proviene.
¿Cómo volaban las aves prehistóricas?
Con gran dificultad. Los pterosaurios más grandes (que en realidad no se clasifican como dinosaurios) eran mucho más grandes que los pájaros de mayor tamaño que viven en la actualidad.
El quetzlcoatlus, por ejemplo, era tan grande como una jirafa. Se calcula que pesaba un máximo de 200-250kg, y para ese peso no existe un mecanismo plausible que pudiera dar impulso aéreo a estos animales.
Una teoría afirma que podrían haber usado acantilados marítimos o montañas como plataforma de lanzamiento. Pero es difícil probarlo porque todos los fósiles de quetzlcoatlus han sido hallados tierra adentro.
Pero una simulación de la universidad Texas Tech mostró que un animal con un peso corporal de 70 ó 80kg pudo haber usado pendientes en las orillas de los lagos como pistas de despegue.
¿Cómo lo hacían? Primero corrían con sus cuatro patas y llevaban sus enormes alas plegadas. Después, cambiaban a las patas traseras y empezaban a aletear.
Finalmente, se lanzaban hacia adelante y alzaban las patas traseras del suelo. Una vez en el aire, el quetzlcoatlus era capaz de elevarse y volar.
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